jueves, 26 de marzo de 2009

ETICA Y DEONTOLOGIA PROFESIONAL

ÉTICA Y DEONTOLOGÍA PROFESIONAL.
ASPECTOS GENERALES
Objetivos del tema
1. Saber definir y diferenciar los términos “ética” y “deontología”.
2. Reconocer la carga emocional que aparece en todo acto de asistencia en situaciones de urgencia.
3. Recordar el deber de equidad ante todo paciente, independientemente de su patología, edad, raza o condición social.
Palabras clave
- Ética
- Profesionalidad
- Trato
Entre las múltiples definiciones que se han hecho de los términos Ética y Deontología, bien nos pueden valer aquí las que vienen recogidas en el Diccionario de la Real Academia.
• Ética: es el conjunto de normas de comportamiento que regulan las relaciones humanas.
• Deontología: es el tratado de los deberes que conciernen a la actuación de un determinado colectivo de personas.
No vamos a entrar, por supuesto, a analizar aspectos filosóficos relacionados con estos dos términos, pues no es éste nuestro campo, pero sí conviene tenerlos en cuenta para enmarcar y comprender el objetivo de nuestra profesión en lo que se refiere a relación con otros seres humanos en situaciones especiales. Será por tanto la Deontología la que se encargue de recoger todos aquellos deberes que se nos deben exigir en el desempeño de nuestro trabajo, en lo que se refiere al comportamiento que mantengamos con las personas a las que auxiliemos.
Las circunstancias en las que se desarrolla nuestra labor, están en todo caso relacionadas siempre en última instancia con una persona que padece, y un entorno de esa persona que se angustia ante el sufrimiento de su ser querido. Es verdad que la vivencia de esa angustia hacen de la percepción de la urgencia algo extremadamente subjetivo, y en muchos casos exagerado si se analiza racionalmente.
Como norma general la llegada de asistencia para la persona que lo necesita va a ser sentida como algo que debería haberse tenido antes, aunque a la vez suponga el alivio que supone el comienzo de la resolución de sus problemas. Esto supondrá ocasionalmente en un primer momento cierta actitud de rechazo que nos es difícil comprender cuando llegamos con el afán de ayudar, muchas veces habiendo puesto en peligro incluso nuestra integridad durante el trayecto previo. Deberemos de ser capaces de soportar la natural contrariedad que provocarán estas reacciones en nosotros, y concentrarnos en nuestra labor de asistencia, a la vez que procuramos tranquilizar y controlar las emociones de los presentes.
Aquí conviene recordar también, que nuestra actuación en esos momentos es observada muchas veces por terceras personas que son testigos de todo lo que se desarrolla en el punto, y que sin querer están extrapolando lo que ven a una situación similar en la que ellos pudieran estar involucrados. Y uno de los objetivos últimos de los servicios sanitarios en general es, aparte de aliviar al que sufre, hacer que la sociedad en su conjunto se sienta protegida y resguardada ante la posibilidad de sufrir.
Todo ello hace que la profesión del técnico sanitario requiera un perfil que va más allá de poseer unos conocimientos médicos más o menos amplios y unas habilidades en el manejo y movilización de enfermos.
Toda persona que se dedique a esta profesión debería estar dotada de una sensibilidad especial hacia el servicio y el cuidado de terceros, de una capacidad de comprensión de las emociones y del por qué éstas se producen, y de una disposición hacia el sacrificio y la entrega sin esperar nada a cambio, salvo la personal convicción de que nuestra profesionalidad está ayudando a mejorar la vida de los demás.
Por supuesto, todo lo mencionado hasta aquí se ha de producir en todos los casos, sea cual sea la edad, raza, sexo, clase social o problema de salud. Toda persona tiene derecho a una asistencia sanitaria digna, igual y equitativa, y cualquier discriminación en este sentido vulneraría tanto los principios éticos generales como las normas legales de nuestro país recogidas en la Constitución. Sólo en caso de tener que asistir a varias víctimas a la vez, se admitiría un escalonamiento en la asistencia, evidentemente no por discriminación sino por priorización en función de la gravedad de cada uno.
Esto es de especial relevancia en los casos que tengamos que atender a pacientes cuyas características convierten su manejo en algo especialmente complicado (pacientes bajo intoxicación de alcohol o drogas, pacientes agresivos, hiperfrecuentadores,...). Es entonces cuando se debe extremar el cuidado en no dejarnos llevar por emociones negativas o de rechazo que puedan surgir en nosotros. Nunca debemos de olvidar que son personas que en esos momentos están enfermas y necesitan ayuda, y que su estado es extremadamente variable y su evolución poco previsible, pudiendo pasar a una situación mucho más grave en pocos instantes. Hay que pensar pues, que un retraso o un abandono en su asistencia puede representar secuelas irreversibles e incluso la muerte, lo que conllevaría una responsabilidad moral y legal difícil de soportar.
En toda situación y cada momento, el trato al paciente y a su entorno será correcto y educado, cuidando lenguaje, maneras y formas. Ajeno a cualquier particularidad de dichas personas debe quedar la profesionalidad del Técnico en Transporte Sanitario.





































Resumen
Definimos la Ética como el conjunto de normas de comportamiento que regulan las relaciones humanas.
Deontología es el tratado de deberes que determinan la actuación de colectivos. Ambos son términos que entran de lleno en la profesión del técnico sanitario, ya que ésta se desarrolla en continua relación con terceras personas. Además, esta relación es especial, puesto que la angustia y la sensación de que cada segundo es vital en la asistencia sanitaria de urgencia, pueden provocar cierta percepción de que nuestro esfuerzo por llegar cuanto antes no sea entendido de esa forma por el paciente y su entorno. El TTS debe conocer esta circunstancia y estar preparado para actuar con profesionalidad a pesar incluso de reacciones desairadas.
Recordar que el trabajo que se realiza va a ser percibido casi siempre por terceras personas. El trato deberá de ser en todo momento correcto y adecuado, dejando al margen cualquier sentimiento de contrariedad que pueda aparecer en nosotros. El esfuerzo para que esto sea así, deberá ser todavía mayor en el manejo de pacientes conflictivos (intoxicaciones etílicas, pacientes agresivos,...).

Glosario de términos
Ética: conjunto de normas del comportamiento que regulan las relaciones humanas.
Deontología: tratado de deberes que conciernen a la actuación de un determinado grupo de personas.
Equidad: justicia natural. Disposición del ánimo que mueve a dar a cada uno lo que se merece.
Profesionalidad: calidad de ejercer su profesión con relevante capacidad y aplicación.


TODOS VESTIMOS EL MISMO UNIFORME Y REPRESENTAMOS LA PARTE MAS HUMANA DE LA CIUDADANIA, SOMOS LOS QUE DEBEMOS TRANSMITIR APOYO, AYUDA, TRANQUILIDAD, ETC. NO LO OLVIDEMOS POR STRESANTE QUE PUEDA SER NUESTRO TRABAJO EN ALGUNOS MOMENTOS

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